GT 2 – Megaproyectos y Extractivismo en México y Brasil
Actividad remota
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Coordenadoras: Andréa Zhouri ( UFMG) e Laura Valladares (UAM).
En las últimas dos décadas, Brasil, México y otros países latinoamericanos, a pesar de sus singularidades históricas, han adoptado programas neodesarrollistas en la formulación de políticas nacionales, debido a la globalización y la reestructuración económica neoliberal, entre otros aspectos. Estos programas se implementaron mientras se avanzaba significativamente en la construcción de una sociedad plural, con el reconocimiento de diversas identidades culturales, particularidades territoriales y preocupaciones ambientales, como viene ocurriendo en Brasil desde la Constitución de 1988. Sin embargo, en los últimos años, las regulaciones y cambios en el ámbito del Estado indican un movimiento contrario a los avances señalados, revelando las contradicciones inherentes al modelo neodesarrollista vigente. El mercado globalizado y los intereses económicos sobre los recursos naturales han aumentado la presión sobre los bosques, el agua, la tierra y el subsuelo. Las estrategias de los estados nacionales oscilan entre los procesos y acuerdos de integración y la defensa de los intereses nacionales. La liberalización económica requería una creciente desregulación y desmantelamiento de las políticas ambientales. Por ejemplo, la propuesta de una nueva Ley General de Licencia Ambiental, el Nuevo Código de Minería y la Ley de Regularización de Tierras, todas ellas en trámite en el Congreso Nacional.
Las fronteras del capital avanzan en territorios como la Amazonía, que es un lugar estratégico para observar el modelo neoextractivista por la convergencia de complejas dinámicas económicas (desde la minería hasta la agroindustria) e infraestructura (hidroeléctricas, viales, ferroviarias, de navegación y puertos) que involucran megaempresas y consorcios de grupos empresariales globales que cruzan la frontera del capital y la frontera de los recursos naturales (ZHOURI, BOLADOS y CASTRO, 2016). Estas dinámicas se imponen en un tiempo acelerado y transnacionalizado, con sofisticadas tecnologías desde la producción hasta la circulación de mercancías, lo que ha producido un arrastre en los territorios de antigua ocupación, una ruptura con las formas de organización social allí existentes, así como con la lógica de la reproducción de la naturaleza. Los desastres mineros recurrentes en Minas Gerais en los últimos años, especialmente desde Mariana en 2015, son emblemáticos, en muchos sentidos, del actual contexto económico, político e institucional de nuestros países.
Desde esta perspectiva, como una suerte de corolario del “consenso mercantil” (SVAMPA, 2013), es posible observar que el neoextractivismo se da a través de un complejo proceso de violencia de afectaciones (ZHOURI, BOLADOS y CASTRO, 2016). Es un proceso que, definido en otros lugares por los mercados globales, se materializa en los lugares, promoviendo la expropiación, la destrucción de los ecosistemas, la disrupción de las economías regionales y locales, así como la muerte de las formas territorializadas de ser, hacer y vivir. Los “efectos” sobre el medio ambiente, sobre los modos de vida de las comunidades, ya sean indígenas o tradicionales, son también violatorios de los procesos participativos y de los marcos normativos. Además de este conjunto de violencias intrínsecas a la expansión de la frontera de Minas Gerais en los países latinoamericanos, existen también otros tipos de violencia, como la violencia epistémica, simbólica y racial, que caracterizan la colonialidad del poder, del saber y del ser (QUIJANO , 2002, 2005; MIGNOLO, 2003, 2008).
Por otra parte, pueblos indígenas, pescadores, campesinos y grupos afrodescendientes, entre otros, se han movilizado para contestar los ataques a sus territorios, el saqueo de los recursos naturales, la invasión de agentes económicos legitimados o no por el poder estatal, pero ciertamente en armonía con el modelo de desarrollo que prioriza la exportación de commodities y que expone a todos a desastres sociales y ambientales.
Así, esta propuesta pretende reunir a investigadores de Brasil y México para reflexionar juntos sobre estos procesos comunes y específicos en nuestros países. Nos interesa conocer y discutir las investigaciones, interpretaciones y relaciones que los antropólogos establecen con las poblaciones afectadas por megaproyectos, como por ejemplo, los peritajes antropológicos que han ofrecido algunos antropólogos en los procesos legales que traen los pueblos y comunidades, entre otros. formas de colaboración.
Primera sesión 5 de septiembre de 2022 11 am-1 pm (hora de Brasilia)
Deborah Bronz (UFF): Desmantelamiento ambiental por incendios forestales en la Amazonía brasileña
Magalena Gómez (UPN) La Llamada del Tren Maya en México: Entre el Estado y el Pueblo y la Naturaleza.
Sonia Maria Simões Barbosa Magalhães (UFPA): Grandes proyectos en la Amazonía brasileña y sus consecuencias para las comunidades tradicionales
Verónica A Velázquez Guerrero (CNA-INAH): “Extractivismo agroindustrial en México: territorios en disputa, violencia armada y precariedad de vida en la región p’urhépecha”.
Laura Valladares (UAM) Resistencia de mujeres indígenas contra megaproyectos
Segunda sesión 6 de septiembre de 2022 11:00-13:00 (hora de Brasilia)
Claudio Garibay (UNAM): Extractivismos mineros y fragmentación del “Estado” en horizontes informales de coerción microrregional en México”.
Raquel Oliveira Santos Teixeira (GESTA-UFMG): Devenir del desastre en Rio Doce: timing de la violencia en el laboratorio político de la reparación
Teresa Sierra Camacho (CIESAS) Trabajo colaborativo de la antropología en el caso de las concesiones mineras en el territorio Me’phaa de Guerrero
Vania Fialho (UFPE): Minería, uranio y energía nuclear: dinámicas territoriales y resistencias de pueblos y comunidades tradicionales en el noreste de Brasil
Caio Pompeia (USP): Élites de los sistemas agroalimentarios y la profundización del neoextractivismo en Brasil